La física enseña que los colores oscuros absorben de forma más eficiente la luz y, subsiguientemente, la transforman en calor; proporcionándole a nuestros cuerpos una o dos décimas de grado que influyen en nuestra temperatura y en nuestra comodidad. De otro lado, cuando viajamos a locaciones cálidas o el calor apreta en la ciudad, recurrimos al blanco, color que refleja la luz y absorbe una mínima cantidad de ésta, refrescándonos.
Pero por qué ir siempre de gris y/o negro cuando es invierno? Vale la pena arriesgarse en estos días y contrarrestar el gris (que parece adueñarse de todo: del cielo, de la gente, de la ciudad, y darle al mundo que nos rodea una calidad plomiza) o las paletas de tonos oscuros con una buena dosis de colores que reservaríamos para climas más propicios: turquesa, rosa, rojo, amarillo e incluso camel o color crudo permiten dar cambios significativos a nuestro vestuario y actitud. No sólo nos veremos más alegres; nos sentiremos mejor con nosotros mismos pues es conocido que los seres humanos reaccionamos de forma positiva al color, como explican en este link, o también en este otro o en este ultimo.
La clave para usar colores en climas fríos o invernales es aprender a innovar con las texturas y materiales de la ropa. Ếstos, gracias a las mejoras en los procesos industriales de las telas, han permitido combinar materias primas que proporcionan la frescura y dan la protección que un clima variable como el tropical necesita, incluso a una buena altitud. Es perfectamente posible, por ejemplo, usar un pantalón clásico gris, camel o negro de textura plana y tela abrigada, con una blusa que asimismo abrigue, pero que tenga textura o trama en su tela, y que proporcione el toque de exotismo al atuendo.
A veces es divertido ser una rara avis y proporcionar el toque de color en el paisaje urbano!
No hay comentarios:
Publicar un comentario